
En el calor ardiente del desierto de Uzbekistán, algunos cristianos están quebrantando la ley. Su crimen… llevar a cabo una reunión religiosa sin que su iglesia tenga la autorización oficial.
Poco después de la disolución de la unión soviética en 1991, Uzbekistán volvió a reprimir a cualquier grupo considerado como una amenaza al poder absoluto del gobierno. Y como resultado, la persecución de cristianos evangélicos se intensificó.
Iván Bickkov, Pastor bautista comenta: “Durante los últimos años hemos tenido muchos problemas con la libertad religiosa en Uzbekistán. Cada vez más, el Gobierno trata de restringir a las iglesias cristianas y a los lideres cristianos, y cada año se vuelve más difícil”.
Bickkov, fue expulsado de Uzbekistán por realizar actividades cristianas con niños y por plantar iglesias. Le acusaron falsamente de ser terrorista y fue enviado a Rusia. En los últimos 8 años, solo 3 iglesias han recibido autorización en Uzbekistán.
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